12 agosto, 2008

Y Ahora... Damas & Caballeros...

No tanto la sensación amarga y nauseabunda casi permanente. No el pecho anudado. Ni siquiera esa tristeza omnipresente. No los ojos inevitablemente húmedos. No el sentimiento de algo triturado, astillado, corrompido y herrumbrado entre la garganta y el estómago.
No es tanto la frustración. Ni la impotencia. Ni el sentirse humillado. Casi te diría que no es tampoco ese dolor punzante que se abre paso y se ramifica imponente.
Es más bien la sorpresa. Es más bien el no poder creer que algo tan mínimo, te pueda hacer sentir tan mal.

1 comentario:

Lila Biscia dijo...

Uh, atormentado!
Siempre leyendo mis pensamientos!
Mis concluciones ante eso son: o ese pequeño suceso no era tan pequeño como uno pensaba, o la otra, que para mí es la mas real, es que ese pequeño suceso nos detona eso otro que esta oculto y no queriamos mirar.
Besos.
Lilus