Morfeo se divierte
Y aunque te fuiste a dormir temiendo tener una gruesa pesadilla soñaste con una fiesta donde te reencontrabas con algunas personas, todos estaban contentos, te besabas con gente y milagrosamente te sentías casi pleno. Claro que en lo mejor te despertaste y te cayó el lunes-por-la-mañana-temprano en la cabeza, te vestiste y te apuraste a salir; la repavimentación de Av. Maipú y la de Pacífico te iban a aletargar el viaje. Bondi lleno y calor. Te bajaste para hacer una utilitaria escala programada y te diste cuenta que las llaves que necesitabas las confundiste y te trajiste otras que no te iban a servir de mucho. Llamados telefónicos varios mediante, más o menos lo solucionaste y seguiste viaje. La jornada de laborabilidad básica te distrajo un rato. La vuelta no fue mejor; el amodorramiento y la distorsión que te impedía escuchar con claridad a la Vernaci, agitaron más a tus demonios que ya el domingo habían estado inquietos. Estos decidieron entretenerse arranciando tus dolores latentes (es así; algunos demonios aturden, otros abaten, otros juegan con los sabores) ¿Qué hacer? ¿Escribir sobre tu día? No estaría tan mal; algo auto referencial urbano/cotidiano tiene éxito. También pensaste en irte a acostar temprano, tratar de obligarte a dormir. En una de esas, ibas a poder volver a saborear esa sensación de regocijo que te era tan ajena. Que patético, pensaste, intentar tener una suerte de doble vida onírica…
Al final no hiciste nada. Cosa que parece estar muy de moda últimamente.
Al final no hiciste nada. Cosa que parece estar muy de moda últimamente.